/hablaba el ruso en quince lenguas/
julia Kristeva
y ninguna
ni una
de las quince
servía, bien,
para decir samovar,
o nieve
o el vientito que sopla de Siberia en primavera
ninguna
de todas sus lenguas
dibujaba en su piel
como esa
aquella
del morocho gabino
escalofríos
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