/que en la noche lluviosa y sin techo/
siempre
estuvo en mi vida
habló de mí
me hizo emocionar, sonreir
es, en mi credo
panteísta
mágico
la oración de la fe.
Y hoy, inesperada,
en la noche, lluviosa sin
gracias
qué bellos somos
(algunas pocas)
a veces
los humanos.
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