me gustaba
ese candor
ingenuo
me gustaba el rosado en las mejillas
y la piel tensa
las tetas firmes
me gustaba ser lo que era
lo que en mi memoria quedó de lo que era
una selección de lo que fui
pero el candor ingenuo
me llevó
a la misma piedra
la misma leche hirviendo
demasiadas veces
me gustaba lo que recuerdo
del candor
porque decido olvidar
el llanto y el vacío
y la incomprensión
única clave
hoy ya no:
hoy puedo recordar la sensación
puedo reconstruir las ganas infantiles de jugar
de creer
de enamorarse
pero ya no:
eso es una piedra
eso es un cazo.
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