tiempos
termómetros de una ciudad
Las hay cálidas como una perá madura
secas como un datil viejo
y también como un mamey pasado
Unas semanas son todas bellas
un par de meses empiezan a bastar para que
ampollas en los pies y sátiros de turno
uno les vaya viendo el hilván
Pero es una ruptura
la única cicatriz que una ciudad
puede estampar de modo particular
en el manto
sólo el vacío y la pérdida de eje
le da la ajenidad
y ese filtro único
de saberse resistente y, a la vez,
desear,
esta vez no
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