Nos cayó como de plomo
a cada uno su incomprensión
a cada uno el dudoso entendimiento
de la magnitud, de los alcances
Nos cayó en nuestros propios límites
en la fe ciega en la acción
en la voluntad
o en el tener
a cada chancho
y a cada uno
las primeras revelaciones le fuern reveladas
en sus términos,
a quién le llegaron como sospecha
a quién como conspiración
castigo divino o trufa del poder de turno
y a cada quien le salió lo de sí mismo,
el juguito
quien se preocupó
quien se encerró
quien se volvió paranoico
y quien confió y también quien no cambió lo que era y creía
y la ciudad se volvió triste y opaca
y solo fueron mis ojos
incapaces de volver a ponerle brillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario